Si alguien contribuyó a la mala fama de los piratas, ese fue Edward Teach, más conocido como Barbanegra. Entre 1716 y 1718, este pirata robó, quemó y hundió numerosos barcos en la costa oriental de América, ganándose así la fama de ser uno de los piratas más crueles de todos los tiempos.
La mayoría de los barcos se rendían en el momento de descubrir su bandera pirata. Una vez llegó a capturar 40 barcos en un solo viaje. Es más, su presencia en los mares interrumpió el comercio entre varias colonias norteamericanas.
Barbanegra nació en Bristol, Inglaterra, en 1680. Algunos historiadores creen que nació en una familia acomodada y educada de clase social media-alta porque sabía leer y escribir. A principios del siglo XVIII se unió a un grupo de marinos que luchaban en la guerra de la Reina Ana de Inglaterra contra Francia y se hizo corsario, es decir, se dedicó a despojar barcos enemigos como parte de la guerra.
Terminada la guerra, Barbanegra comenzó a navegar con un conocido pirata de la época, el capitán Benjamín Hornigold. Como buen pirata, asumió un semblante y modo de vestir aterradores. Según varias fuentes, medía unos dos metros y era más alto que la mayoría de los hombres de su época. Llevaba una larga y trenzada barba negra, que le dio su apodo, y vestía capa y sombrero negros. Llevaba varias pistolas asidas a su pecho para estar listo para luchar.
Antes de una batalla, Barbanegra se encendía mechas de quema lenta entre el cabello y el sombrero que dejaban una estela de humo negro que atemorizaban a sus enemigos. Pero cuando quería conquistar a una dama, solía trenzar su larga barba (tan larga que la utilizaba para limpiarse las manos mientras comía) con cintas de seda. Curiosamente, se llegó a casar 14 veces, aunque nunca se divorció.
En dos años, Barbanegra había trasladado sus actividades a la costa de Carolina del Norte. Poco después de su llegada, capturó un velero francés y lo convirtió en su buque insignia. El barco medía 34 metros de largo, tenía tres mástiles y llevaba 20 cañones de dos toneladas. Barbanegra le añadió 20 cañones más y le cambió el nombre por Queen Anne's Revenge.
Comenzó a abordar diferentes barcos a lo largo de las costas de las colonias de Carolina del Norte, de Virginia y de las islas del mar Caribe. Después de capturar un barco, asesinaba a toda su tripulación. Para robar el anillo de algún pasajero le cortaba el dedo. Si desconfiaba de alguno de sus hombres lo abandonaba en una isla desierta sin agua ni alimentos.
Su actividad duró apenas dos años. En 1718 el gobernador de Virginia ofreció una recompensa por él vivo o muerto. Dos buques ingleses dirigidos por el teniente Robert Maynard de la marina real sorprendieron a Barbanegra y sus piratas en la boca de mar de Ocracoke, en Carolina del Norte. Barbanegra luchó mano a mano con el teniente Maynard sobre cubierta y murió en el combate, con veinte heridas de machete y cinco disparos de pistola.
Aun después de morir, Barbanegra realizó un último viaje por mar, puesto que el teniente Maynard colgó su cabeza del mástil del barco para demostrar que el malvado pirata había muerto y poder reclamar así la recompensa. De acuerdo con la leyenda, su cuerpo sin cabeza fue arrojado al mar, donde dio tres vueltas en torno al barco antes de que su espíritu lo abandonara...
Fuente: Ester Boldú.
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